La mejora del factor de potencia modifica esencialmente la relación entre la potencia activa (que es el trabajo realizado) y la potencia reactiva (que es la potencia que se mueve hacia adelante y hacia atrás) de un sistema eléctrico, compensando así las ineficiencias de la bobina del transformador en una red eléctrica. A medida que el factor de potencia se reduce, el sistema consumirá más energía reactiva, lo que es poco económico en términos de los costos de consumo de energía. Con la instalación de dispositivos de corrección del factor de potencia como condensadores, las empresas pueden neutralizar el impacto de las cargas inductivas y, por lo tanto, mover el factor de potencia más cerca del valor unitario. Esto, a su vez, no sólo mejora la economía de funcionamiento del sistema eléctrico, sino que también reduce la carga total en la fuente de alimentación, lo que a la larga genera ahorros de costes y eficiencia en las operaciones.